Iberdrola va va a utilizar las renovables para relevar a las fuentes de energía tradicional en un territorio donde la compañía tiene buena parte de su generación nuclear, como Extremadura. El presidente de la compañía, Ignacio Sánchez Galán, ha anticipado hoy que la firma irá «sustituyendo la energía que se vaya clausurando durante la próxima década» en toda España, en referencia a la clausura de la nuclear de Almaraz, con centrales como la megafotovoltaica que comenzó su construcción en Usagre (Badajoz), a cuyo acto ha acudido con el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara.
Galán ha realizado esas declaraciones un día antes de que la junta de propietarios de Almaraz (compuesta por Iberdrola, Endesa y Naturgy) se reúna mañana para definir el futuro de la planta e intentar llegar a un pacto con sus dos socios sobre la petición de prórroga de su vida útil. Endesa quiere diez años más, mientras que Iberdrola y Naturgy optan por los 7,4 años acordados inicialmente con Enresa: el primer reactor en 2027 y el segundo en 2028. «Vamos a respetar el acuerdo que hay», ha afirmado Galán, refiriéndose al alcanzado para el cierre de nucleares, que se prolongaría hasta el año 2035 de forma escalonada. «Confío en que la otra parte también lo respete», ha indicado Galán. Se refiere al calendario por el que irían cerrando Ascó y Vandellós (Tarragona), Cofrentes (Valencia) y Trillo (Guadalajara), además del desmantelamiento de Garoña (Burgos).
La apuesta de Iberdrola por las renovables como sustitutas de las plantas tradicionales que se irán cerrando se va a materializar con la puesta en marcha 2.000 megavatios (Mw) fotovoltaicos y eólicos en Extremadura hasta 2022. Será la región en la que se intensifiquen estos proyectos a medio plazo, de los 3.000 Mw previstos para toda España en los próximos cinco años, esto es, un 52% más que su capacidad eólica y solar actual. «Hemos decidido invertir más fuertemente en España», ha apuntado Galán, quien valora positivamente el ‘Marco Energía y Clima’ del Ejecutivo para lograr los objetivos de sostenibilidad.
De cara a 2030, la compañía prevé desarrollar en todo el país al menos 10.000 nuevos megavatios renovables, lo que supone casi triplicar su potencia actual. Supondrá una inversión de 8.000 millones de los 34.000 que invertirá en todo el mundo. En concreto, a los ocho parques previstos en Extremadura a finales de la próxima década habría que añadir nueve en Castilla y León, siete en Castilla La Mancha, dos en Andalucía, dos en Aragón, y uno en Navarra, Murcia y Canarias.
De las nuevas centrales extremeñas –algunas de las más adelantadas–, varias ya se encuentran en avanzado estado de desarrollo normativo, como las fotovoltaicas de Ceclavín (328 Mw), Arenales (150) y Campo Arañuelo I y II (100 entre ambas). Toda esa nueva capacidad prevista, además de los desarrollos iniciados supondría sustituir la potencia que Iberdrola tiene el conjunto de la central nuclear de Almaraz (Cáceres), que se sitúa en el entorno de esos 2.000 Mw.
Fernández Vara ha pedido «tiempo» para «buscar alternativas a Almaraz que sean reales» ante la previsible fecha de clausura, en 2027. En cualquier caso, se ha mostrado satisfecho por proyectos como los que Iberdrola está planteando porque permitirán afrontar la transición de la mejor forma posible en materia de «empleo y también desde el punto de vista industrial».
La planta pacense de Usagre está llamada a ser la mayor fotovoltaica de Europa, con 500 Mw de potencia. En el acto de puesta de la primera piedra que hoy ha tenido lugar en el paraje, Galán apuntó que «se convertirá en punta de lanza para ratificar el liderazgo de Extremadura, España y la Unión Europea en la transición hacia un sistema energético más sostenible». La instalación cuenta con una inversión de 300 millones de euros hasta su puesta en marcha, que está prevista para el año 2020, y en su construcción llegarán a trabajar hasta 1.000 personas. Además, ocupará una superficie cercana a las 1.000 hectáreas y generará energía limpia como para abastecer a 250.000 personas, aproximadamente las ciudades de Cáceres y Badajoz.