Iberdrola pega un puñetazo encima de la mesa y entra de lleno en el emergente 'boom' fotovoltaico que está viviendo España. Pese a su no comparecencia en las subastas del Gobierno, la eléctrica vasca se desmarca ahora con un macroproyecto solar de 431,34 megavatios —que puede alcanzar los 500MW— ubicado entre Usagre e Hinojosa del Valle (Badajoz). Se trata del mayor desarrollo solar de Europa, con una extensión superior a 1.100 campos de fútbol.
Esto supone un nuevo hito estratégico de la compañía, que hasta la fecha siempre había permanecido fuera de esta tecnología en territorio español. Se embarca en un negocio que ya no goza de ayudas públicas, con lo que tendrá que competir en el mercado.
La macroplanta está promovida por la empresa local Ecoenergías del Guadiana, que se mantendrá por ahora como socia del complejo renovable. Este proyecto, denominado Núñez de Balboa en honor al conquistador nacido en el municipio pacense de Jerez de los Caballeros, ya cuenta con la calificación urbanística, expedida por la Junta de Extremadura y la Declaración de Impacto Ambiental.
Sin embargo, Iberdrola sostiene que aún están pendientes del permiso que otorga el Ministerio de Energía tras informe de la CNMC, con lo que en la parte administrativa solo falta el OK de Álvaro Nadal. Se espera que las obras se inicien en el último trimestre de este mismo año, momento en que el proyecto podría ser ya 100% propiedad de la firma eléctrica.
La instalación tendrá un coste que rondará los 300 millones de euros, según fuentes del mercado, en un desarrollo que prevé emplear a unos 800 trabajadores en la fase de construcción, que se reduciría hasta 70 para la posterior explotación del parque, cuya puesta en marcha se estima para 2020.
Se desborda el apetito fotovoltaico
Esta inversión de Iberdrola, uno de los mayores operadores de renovables del mundo, demuestra el desaforado interés que vive el sector fotovoltaico español en la actualidad. Además de este complejo, hay otros en la Península de gran envergadura que superan los 400MW, como los que promueve ACS en Mula (Murcia) y Escatrón (Zaragoza).
El elevado recurso solar del país —unido a la fuerte bajada de costes de la tecnología y el impulso político para la descarbonización imperante que pasa por la electrificación de la economía— está atrayendo de nuevo a este sector a inversores muy diversos. Estos buscan rentabilidades cercanas, en algunos casos, al doble dígito sin que medien ya las ayudas estatales.
Para Iberdrola, el proyecto extremeño también es la infraestructura fotovoltaica más grande que desarrolla en todo el mundo, ya que este complejo renovable será mucho más grande que la de 170MW de San Luis Potosí (México). De forma paralela, desarrolla otras instalaciones de menos envergadura, como la planta solar de 50MW que promueve en la localidad aragonesa de Azalia (Teruel) y parques eólicos por 31MW en Canarias.
La firma presidida por Ignacio Sánchez Galán está en disposición de cubrir la totalidad de sus planes de desarrollo renovable para España. La compañía ya expuso en su plan estratégico 2018-2022, presentado este mes de febrero en Londres, que preveía aumentar su generación eólica y fotovoltaica en territorio nacional en 470MW. Además, se mantiene en línea con el mensaje mostrado hasta ahora de apostar por las renovables mientras cierra el carbón, como hizo con su planta de Longannet (Reino Unido) y pretende hacer con las centrales de Lada (Asturias) y Velilla (Palencia) en España.
Fuentes del mercado sostienen que la apuesta fotovoltaica de Iberdrola en España supone un viraje de 180 grados en el discurso que ha mantenido respecto a esta tecnología en el pasado. No en vano, su no concurrencia en las subastas de renovables lanzadas por el Ministerio de Energía denotaban su preferencia por otras latitudes en las que está presente, donde hasta ahora aseguraba lograr mejores rentabilidades.
Sin embargo, las características de la subasta ofrecían pocas ventajas a la empresa con sede en Bilbao, dado que solo garantizan un suelo de ingresos cuyo valor estriba en servir de garantía para que los bancos financien los proyectos. Iberdrola levanta sus parques con recursos propios. Su manera de obtener capital se centra en las elevadas emisiones de bonos verdes implementadas.
Extremadura se llena de paneles
Solo hay que ver el apetito por la tecnología solar en las solicitudes para desarrollar nuevas plantas. En Extremadura, comunidad donde va a construir Iberdrola, hay pedidos permisos a la Junta por más de 7.000MW de potencia fotovoltaica. Otra grande como Gas Natural Fenosa ha inscrito un parque en Plasencia (Cáceres) de 40MW.
Fuente: www.elconfidencial.com